Preocúpate cuando la mariposa recorre el camino inverso,
y se transforma en gusano.
Lao-Tsé (1)
Un tipo, completamente atravesado por la idea de que sólo con ella iba a poder ser feliz, sentirse completo, luego de padecer durante años la presencia de ella, y de atribuir -equivocadamente- su padecimiento a "la inevitable penuria de cualquier convivencia", la perdió definitivamente a causa de un accidente laboral.
Aunque en los primeros momentos lo embargó una fuerte sensación de pérdida, y cuando se disponía a transitar largos meses de duelo por su inesperada viudez, en menos de una semana comenzó a sentir extrañeza por su nueva sensación, placentera, de repentino apego a la soledad.
Unos días después, escribió una carta dirigida a nadie...a ella en verdad. Comenzaba con esta frase:
"Nunca imaginé, nena, que el paraíso era simplemente que vos no estés..."
Jamás escribió otra línea. Esa frase era la síntesis de los últimos diez años de su vida.
Podemos invertir los géneros. "Un tipo" puede ser "Una mujer". "Ella" podría ser "Él". Da lo mismo.
Porqué nos apegamos de modo tan persistente al displacer, postergando decisiones acertadas, y vivimos en el error durante años...es materia de psicoanalistas. Aquí pretendemos reflexionar solamente de un modo provocativo.
Porque se advierte a simple vista que quien todo lo posterga, esperando que ocurra lo que difícilmente ocurrirá, es una persona ilusa. Y vivir de ilusiones, es una prisión.
"Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadie con salir de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadie la llamen,
aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba." (2)
No es fácil reconocer que se ha vivido equivocado muchos años. Tan difícil es, tan doloroso es, que muchas personas son capaces de vivir otros tantos años cargando con los mismos errores.
Es allí, mientras se espera con ilusión que ocurra lo imposible, que nos vamos encadenando a rituales y convicciones cada vez mas alejadas de lo necesario, de lo adecuado. Y vivimos aprisionados por el displacer.
Una prisión, unas cadenas, que para vivir, debemos romper.
Es allí, mientras se espera con ilusión que ocurra lo imposible, que nos vamos encadenando a rituales y convicciones cada vez mas alejadas de lo necesario, de lo adecuado. Y vivimos aprisionados por el displacer.
Una prisión, unas cadenas, que para vivir, debemos romper.
(1) La frase de Lao-Tsé, me fué citada por Fabio de Marco, Arquitecto y antropólogo vocacional.
(2) Es una cita parcial de "Los Nadie" del gran Eduardo Galeano.

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