jueves, 12 de febrero de 2009

Bienvenidos

Un día cualquiera, hace ya bastante tiempo, un cliente me pidió una respuesta breve respecto de qué debía contestar cuando le preguntaban en qué materia yo lo asesoraba. 

Maravilloso. Veníamos dedicándole dos horas cada mañana a nuestra tarea, robándoselas al descanso, porque nos juntábamos a las seis, cuando su fábrica comenzaba la tarea a las ocho. Analizábamos sus finanzas, su producción, su estilo de conducción, sus temores, las oportunidades, las amenazas. . . y nunca le habíamos puesto nombre a este trabajo conjunto. 
Entonces, dedicamos un rato a elaborar juntos la respuesta, y cuando por fin quedó bastante claro lo que ocurría, la cara se le iluminó y me dijo: -  ¡ Listo ! . . .  ¡ vos me ayudás a pensar ! 
Y esa síntesis, dicha por quien recibe la contribución, me halagó,  y me hizo resignificarme desde entonces. 

Porque allí había cobrado todo su sentido la entrevista inicial entre él y yo. En aquella ocasión, me había preguntado por mi formación, en especial por mi experiencia en el rubro de su empresa. Le contesté que de ese ramo no sabía casi nada. Pero que por eso nuestro vínculo iba a ser provechoso. Porque iba a hacerle preguntas -desde mi ignorancia- que él hacia demasiado tiempo que no se formulaba. Y que ese era el mayor valor de mi contribución. Hacer que su cotidianeidad se enriqueciera por ser enfocada desde otro punto de vista, desde otra mirada.

Y ese fué el nombre que -cuando fué necesario poner un nombre a nuestro equipo de trabajo- adoptamos: LOM, que quiere decir La Otra Mirada.

No me voy a extender por hoy.

Pero lo que quiero es que haya una introducción a este blog. 

Se trata de que no todo tiene que ser experto. No todo tiene que estar certificado bajo normas. Que los diplomas y las otras cosas que se cuelgan en las paredes, que se anteponen a los nombres, que se ostentan para refirmar lo que se dice o lo que se hace, no son lo imprescindible, ni lo principal, ni lo necesario. Por lo menos, no siempre. Por lo menos, no para todo.
Que hay otros requisitos para que algo sirva, sea útil. Que hay saberes que solamente se certifican con los actos. 

Y que las mayores contribuciones siempre fueron obra o de excéntricos o de momentos de desobediencia de quienes eran políticamente correctos.

Por hoy no voy a redundar. Creo que es cierto que cuanto mas tratas de aclarar, mas oscurece.

No hay comentarios: